Para conocerme mejor...

Si quieres saber más cosas sobre mí y sobre los libros del terrícola, puedes entrar en Facebook y buscar por cada uno de los títulos:

- Los Enigmas deDisten
- El Grial de los Siete Cristales
- La Magia de Úlver

o por nuestro viajero de las estrellas:

- Juan José González Martínez (escritor, o eso cree él).

domingo, 28 de febrero de 2010

Vicente, el pintor de estrellas



Paseaba hoy tras una ajetreada mañana de domingo, ¡Es curioso como cambia la gente de este planeta en una jornada como la que llaman "domingo".
Un buen porcentaje de terrícolas utilizan un artilugio denominado "periódico" que compran acompañado de una multitud adicional de información en forma de revistas, publicidad y otros enseres inservibles en sí mismos.
Otro porcentaje de habitantes llevan una bolsa con algo a lo que llaman "churros".
Hasta hay un pequeño grupo de personas que hacen un prodigio de equilibrio ya que transportan ambos elementos juntos, la materia "periódico" y la materia "churros", intentando no mezclar ambas más de lo necesario.
En medio de todo ese caos "dominical", en el que los habitantes de este planeta, por un día entre siete se sienten en estado "zen", se puede decir que hubo una persona que se nos acercó y me pareció diferente al resto, esta persona no tenía una especial manía persecutoria en descansar, y seguía con su rutina diaria de trabajo, dedicación y superación personal (que no es por nada, pero no es incompatible con un domingo).
Era un chico joven, conocía a María de la escuela de idiomas, y le preguntó por el resto de la clase, se trataba de una persona sumamente educada, sin pretender invadir el espacio ajeno, y con unas ganas increíbles de crecer como individuo, ya que se estaba planteando ir a clases de pintura.
María le escuchaba con atención, y le animaba a empezar con la pintura al óleo, pues ella misma es en sí una gran artista.
De repente, Vicente, que así se llama este emprendedor muchacho, sacó de su bolsillo una especie de tesoro que deseaba que Maria Elvira conociera, pronto salimos de dudas, era un nuevo llavero compuesto por un par de estrellas y una luna creciente.
"Y tengo una nueva estrella más", nos mostraba con entusiasmo sacándola de otro bolsillo.
Con personas como Vicente, ¿Cómo no voy a creer en este planeta azul?.
Treinta años de edad y once años de ilusión y candidez.
Entusiasmado con el hallazgo de "algo" diferente en este mundo, comenté el hecho en el café de la tarde, junto a unos amigos que acababa de conocer en "Bar Piles" mientras veíamos como Sporting y Osasuna se hartaban a meter goles.
Pero no enocontré respuesta sino miradas atónitas.
Tan sólo una referencia poco afortunada de alguien del fondo nombrando un país limítrofe con la Rusia Oriental y sus habitantes.
Entonces, sin venir a cuento alguien dijo una palabra clave... "Telebasura".
Y de ahí surgió una sucesión de ideas y conexiones que me llevaron a unos personajes a los que llamaban "tertulianos".
Con la misma, apuré mi café y dejando el partido en empate a dos goles (emocionante, sin duda), me dirigí a casa al televisor para ver esos eruditos "tertulianos" de los que todo el mundo hablaba y no paraba de hablar.
"Debe ser gente estudiada" me dije.
Tras dos horas de programa en los que no pude percibir mensaje alguno ya que no estoy acostumbrado a los cortes por publicidad, o a que cuatro personas hablen al mismo tiempo, quedé un poco agotado y me eché en el sofá acompañado de una Mahou.
Y entonces pensé que diferente sería para Vicente vivir en mi Planeta Disten, ya que allí no sería un protegido por la fundación Once o nadie le asimilaría con los habiantes de ese país que linda con Rusia.
Ni siquiera para los más amables sería "un buen chico".
En el Planeta Disten, Vicente sería tratado como un gran artista.
Vicente, en cuanto se incorporara al curso de óleo, sería "El Pintor de las Estrellas", y eso allí lo hace muy poquita gente, por no decir nadie.
Y los seres que hacen algo diferente son muy queridos en mi planeta, pues la comunidad científica que es el 94% del total, se toma muy en serio y considera a estas personas un regalo, porque el resto no sabe otra cosa que estudiar ciencia.
Claro, que bien pensado...
¿Los tertulianos? igual también...
Quizás no, su "caché" es muy alto.
Vicente hace feliz a la gente gratis.
Lo que ocurre es que los domingos los terrícolas son diferentes.
Y anda cada uno "a su bola".
Por eso la audiencia de Vicente es de tres personas y la de los tertulianos es de tres millones de personas.
"Pintar estrellas no se lleva"...
Aun.

sábado, 27 de febrero de 2010

Lluvia de abrazos



Una de las razones por la que este extraterrestre que les escribe, se encuentre en su planeta, es sin duda el "intercambio galáctico" del que les había hablado.
Este intercambio se produjo porque la persona a la que todos ustedes conocían, quería tener un "cambio de aires".
En principio pensé que eran sus ganas de viajar lo que impulsaba al aprendiz de escritor a conocer otros mundos fantásticos en cuanto a sus habitantes y al color de sus cielos, y plasmarlos posteriormente en sus cuentos y relatos.
Pero este cabeza de chorlito intergaláctico que les habla se equivocaba...
Hoy, revisando un cajón del escritorio de J.J., pude leer algo que me sorprendió de él.
Les transcribo...

"Si la idea de unir la forja y el vidrio de Juan Carlos y Alejo no hubiera quedado en el olvido... era una gran idea, pero nadie se atrevió a valorar de forma suficiente aquella artesanía.
Si yo tuviera constancia de ser querido o valorado por la gente,... no tendría que viajar tan lejos...
Si la gente de la calle no anduviera con "cara de póker", y todo el mundo confiara más en todo el mundo...
... todo sería posible y entonces yo podría..."

Y así terminaba esta especie de nota incompleta que encontré en uno de los cajones del terrícola.
Esto me ha hecho pensar. Ahora, cuando está a punto de anochecer y tengo una vista privilegiada desde el ordenador que Maria Elvira me ha dejado con vistas a las gaviotas y al Monte Gorfolí, comienzo a entender a Juanjo.
Es verdad que ustedes tienen un planeta precioso, y que por dentro e individualmente, cada uno de ustedes tiene unas posibilidades enormes. Son afectuosos, simpáticos, amables e inteligentes. Mucho más de lo que podemos serlo en nuestra galaxia (ya les dije, demasiado científica).
Pero no están acostumbrados a regalar cariño por sí mismo, y es algo así como la vergüenza que sienten los niños cuando tienen que interaccionar con alguien distinto a ellos.
Es un sentimiento de "¿Qué pensarán de mí, si digo algo bueno?"
Estos dias, y en los anteriores del "Libro de Arena", tuve la impresión de que el terrícola tenía más amigos y gente que le quería de la que él mismo imaginaba.
A juzgar por los pedidos de libros que han llegado esta semana, creo que estaba confundido.
Pero a él no le llegó ese cariño, no lo percibió.
Y hablando hoy con la gente de la calle, muchos me han dicho una frase que se lleva mucho: "Cada uno anda a su bola".
Otros más solemnes me comentaron "El hombre es un lobo para el hombre".
Y digo yo, desde mi posición de aprendiz extraterrestre...

¿Por qué no nos levantamos mañana y somos amables con toda la gente que nos encontremos?
Me da en mi nariz intergaláctica que será contagioso.
Y creo que el virus alegría y amor es de una cepa recomendable.
Nosostros los distenianos no podemos, somos muy analíticos.
Pero ustedes los terrícolas...
SÍ QUE PUEDEN.
(Lo llevan en los genes).
INTÉNTENLO, PORFA.

lunes, 22 de febrero de 2010

De donde procede esta historia


Hola otra vez:

Imagino que alguno se sienta perdido con el primer "post" de este "blog", (por Dios cuanto anglicismo en estas primeras líneas, los colegas escritores ya me estarán echando los perros, digo yo). Eso, perdidos, porque estas líneas ya se escribieron hace tiempo, en otro lugar denominado "Libro de Arena", pero por razones de viajes intergalácticos, se dejaron de la mano.
Fue entonces cuando alguien me aconsejó hacer un "blog" (perdón, quiero decir agenda) propio/a.
Pongo en antecedentes:

"Resulta resultando que mi buen amigo terrícola Juanjo, estaba un poco cansado (digamos "agobiado") de detrrminadas conductas en su planeta, y en una visita de cortesía que yo le hice a territorio leonés, me contó sus anhelos de viajar por las estrellas, ya que él creía que en su vida lo podría hacer, entre otras cosas por la limitada tecnología de su mundo, o bien por lo caros que van a ser los futuros viajes al espacio.
Como yo tenía unas ganas enormes de mezclarme con la gente de la Tierra, ya que me parecéis unas personas entrañables y muy efusivas (en mi planeta Disten, los habitantes son quizás más solidarios, o má correctos, o más científicos, pero mucho menos emotivos), le propuse un intercambio "galáctico".
El se iba a conocer otros mundos más evolucionados (según su opinión), y yo me venía a respirar un poco de calor humano.
El problema, es que al tratarse de un viaje temporal (un cambio de aires), él no podía dejarse ciertos asuntos de la Tierra, como por ejemplo un trabajo fijo que tiene, su entorno familiar y de amigos o sus dos pasiones de crecimiento, los minerales y los libros.
"Te lo atiendo yo",le dije.
¿Cómo podrás?, me contestó incrédulo, con ese aspecto "escafandroso" darás el cante por estos alrededores.
Entonces me quité el casco "disteniano" y comprobó estupefacto, que yo poseía su mismo aspecto, (quizás un poco más viejo). Es lo que ocurre cuando has elegido en tu planeta de origen un alma para hacer intercambio como los que se hacen aquí con algo llamado "Erasmus", "Idiomas" o cosas similares.
Él en cambio no tendría que ocuparse de asunto alguno, ya que yo a día de hoy no tengo temas pendientes (lo cual es algo aburrido), por lo que no me importa (incluso agradezco) hacerme cargo de los suyos.
Me encargó por tanto, pasar desapercibido, y en la medida de lo posible promocionar su "obra literaria", (si es que se puede llamar así).
Lo primero es sumamente fácil, ya que con el nivel de incredulidad que en el planeta azul se gastan, es sencillo poder pasar por "Juanjo".
Lo segundo, que Juanjo tenga una estancia en el Planeta Disten y alrededores, también, ya que allí, cumpliendo tres o cuatro normas básicas de ética y siendo dicharachero, como él es, tendrá ganada a la ciudadanía, además su aspecto no importa, ya que aquello está lleno de escritores y artistas que buscan inspiración y escenarios distintos. Siempre son bien recibidos, al menos entretienen a la población demasiado científica.
Lo tercero es lo más duro para mí, ya que su "obra literaria" necesita un "meneo" importante, tanto a nivel de evolución como de promoción.
En fin haré lo que pueda, por lo pronto la he colgado en este blog a mano derecha, por si algún incauto lector quiere interesarse en la misma. Al menos las portadas son bonitas, y la lectura vamos,... se deja leer, es sencilla y entretenida, tiene mensaje y esas cosas, pero que no se crea Umbral, Coehlo o Reverte, pues aun le queda como de aquí a Finlandia para eso.
Pero es un buen tipo y le voy a ayudar.
Quiero desde hoy, y en su ausencia, contar las cosas cotidianas de su mundo, las que me parecen curiosas, o aquellas que a veces no entiendo.
Espero que día a día ustedes me ayuden en mi adaptación a su bello mundo azul.

Abrazos azules (según Juanjo), añiles (según el disteniano que les habla).

domingo, 14 de febrero de 2010

Vuelvo a la Tierra






Tras varios intentos, tras varias idas y venidas desde los confines del Universo, hoy vuelvo a vuestro precioso planeta azul.


Atrás queda en el viaje la silueta añil de mi galaxia, el paso por las preciosas Pléyades, tan parecidas a vuestro mundo, y los fascinantes anillos de saturno, que guardan tantos secretos en sus satélites.


Hoy me tendréis que perdonar, pero el viaje ha sido largo y estoy algo cansado.


A partir de mañana, y con el oxígeno retomado, os contaré como el aprendiz de vuestro mundo que soy, las cosas que me siguen llamando la atención.


Un placer estar con vosotros de nuevo, aunque permitidme que siga teniendo nostalgia de mi mundo violeta.