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domingo, 28 de febrero de 2010

Vicente, el pintor de estrellas



Paseaba hoy tras una ajetreada mañana de domingo, ¡Es curioso como cambia la gente de este planeta en una jornada como la que llaman "domingo".
Un buen porcentaje de terrícolas utilizan un artilugio denominado "periódico" que compran acompañado de una multitud adicional de información en forma de revistas, publicidad y otros enseres inservibles en sí mismos.
Otro porcentaje de habitantes llevan una bolsa con algo a lo que llaman "churros".
Hasta hay un pequeño grupo de personas que hacen un prodigio de equilibrio ya que transportan ambos elementos juntos, la materia "periódico" y la materia "churros", intentando no mezclar ambas más de lo necesario.
En medio de todo ese caos "dominical", en el que los habitantes de este planeta, por un día entre siete se sienten en estado "zen", se puede decir que hubo una persona que se nos acercó y me pareció diferente al resto, esta persona no tenía una especial manía persecutoria en descansar, y seguía con su rutina diaria de trabajo, dedicación y superación personal (que no es por nada, pero no es incompatible con un domingo).
Era un chico joven, conocía a María de la escuela de idiomas, y le preguntó por el resto de la clase, se trataba de una persona sumamente educada, sin pretender invadir el espacio ajeno, y con unas ganas increíbles de crecer como individuo, ya que se estaba planteando ir a clases de pintura.
María le escuchaba con atención, y le animaba a empezar con la pintura al óleo, pues ella misma es en sí una gran artista.
De repente, Vicente, que así se llama este emprendedor muchacho, sacó de su bolsillo una especie de tesoro que deseaba que Maria Elvira conociera, pronto salimos de dudas, era un nuevo llavero compuesto por un par de estrellas y una luna creciente.
"Y tengo una nueva estrella más", nos mostraba con entusiasmo sacándola de otro bolsillo.
Con personas como Vicente, ¿Cómo no voy a creer en este planeta azul?.
Treinta años de edad y once años de ilusión y candidez.
Entusiasmado con el hallazgo de "algo" diferente en este mundo, comenté el hecho en el café de la tarde, junto a unos amigos que acababa de conocer en "Bar Piles" mientras veíamos como Sporting y Osasuna se hartaban a meter goles.
Pero no enocontré respuesta sino miradas atónitas.
Tan sólo una referencia poco afortunada de alguien del fondo nombrando un país limítrofe con la Rusia Oriental y sus habitantes.
Entonces, sin venir a cuento alguien dijo una palabra clave... "Telebasura".
Y de ahí surgió una sucesión de ideas y conexiones que me llevaron a unos personajes a los que llamaban "tertulianos".
Con la misma, apuré mi café y dejando el partido en empate a dos goles (emocionante, sin duda), me dirigí a casa al televisor para ver esos eruditos "tertulianos" de los que todo el mundo hablaba y no paraba de hablar.
"Debe ser gente estudiada" me dije.
Tras dos horas de programa en los que no pude percibir mensaje alguno ya que no estoy acostumbrado a los cortes por publicidad, o a que cuatro personas hablen al mismo tiempo, quedé un poco agotado y me eché en el sofá acompañado de una Mahou.
Y entonces pensé que diferente sería para Vicente vivir en mi Planeta Disten, ya que allí no sería un protegido por la fundación Once o nadie le asimilaría con los habiantes de ese país que linda con Rusia.
Ni siquiera para los más amables sería "un buen chico".
En el Planeta Disten, Vicente sería tratado como un gran artista.
Vicente, en cuanto se incorporara al curso de óleo, sería "El Pintor de las Estrellas", y eso allí lo hace muy poquita gente, por no decir nadie.
Y los seres que hacen algo diferente son muy queridos en mi planeta, pues la comunidad científica que es el 94% del total, se toma muy en serio y considera a estas personas un regalo, porque el resto no sabe otra cosa que estudiar ciencia.
Claro, que bien pensado...
¿Los tertulianos? igual también...
Quizás no, su "caché" es muy alto.
Vicente hace feliz a la gente gratis.
Lo que ocurre es que los domingos los terrícolas son diferentes.
Y anda cada uno "a su bola".
Por eso la audiencia de Vicente es de tres personas y la de los tertulianos es de tres millones de personas.
"Pintar estrellas no se lleva"...
Aun.

1 comentario:

  1. Quizá, algún día. Quzá querido Disten cuando nos cansemos de tanta mezquindad, violencia, soberbia y malos modos... Vicente pueda hacer una exposición con sus estrellas y nosotros sentirnos felices por ello. Un abrazo.

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