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- Los Enigmas deDisten
- El Grial de los Siete Cristales
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- Juan José González Martínez (escritor, o eso cree él).

sábado, 27 de febrero de 2010

Lluvia de abrazos



Una de las razones por la que este extraterrestre que les escribe, se encuentre en su planeta, es sin duda el "intercambio galáctico" del que les había hablado.
Este intercambio se produjo porque la persona a la que todos ustedes conocían, quería tener un "cambio de aires".
En principio pensé que eran sus ganas de viajar lo que impulsaba al aprendiz de escritor a conocer otros mundos fantásticos en cuanto a sus habitantes y al color de sus cielos, y plasmarlos posteriormente en sus cuentos y relatos.
Pero este cabeza de chorlito intergaláctico que les habla se equivocaba...
Hoy, revisando un cajón del escritorio de J.J., pude leer algo que me sorprendió de él.
Les transcribo...

"Si la idea de unir la forja y el vidrio de Juan Carlos y Alejo no hubiera quedado en el olvido... era una gran idea, pero nadie se atrevió a valorar de forma suficiente aquella artesanía.
Si yo tuviera constancia de ser querido o valorado por la gente,... no tendría que viajar tan lejos...
Si la gente de la calle no anduviera con "cara de póker", y todo el mundo confiara más en todo el mundo...
... todo sería posible y entonces yo podría..."

Y así terminaba esta especie de nota incompleta que encontré en uno de los cajones del terrícola.
Esto me ha hecho pensar. Ahora, cuando está a punto de anochecer y tengo una vista privilegiada desde el ordenador que Maria Elvira me ha dejado con vistas a las gaviotas y al Monte Gorfolí, comienzo a entender a Juanjo.
Es verdad que ustedes tienen un planeta precioso, y que por dentro e individualmente, cada uno de ustedes tiene unas posibilidades enormes. Son afectuosos, simpáticos, amables e inteligentes. Mucho más de lo que podemos serlo en nuestra galaxia (ya les dije, demasiado científica).
Pero no están acostumbrados a regalar cariño por sí mismo, y es algo así como la vergüenza que sienten los niños cuando tienen que interaccionar con alguien distinto a ellos.
Es un sentimiento de "¿Qué pensarán de mí, si digo algo bueno?"
Estos dias, y en los anteriores del "Libro de Arena", tuve la impresión de que el terrícola tenía más amigos y gente que le quería de la que él mismo imaginaba.
A juzgar por los pedidos de libros que han llegado esta semana, creo que estaba confundido.
Pero a él no le llegó ese cariño, no lo percibió.
Y hablando hoy con la gente de la calle, muchos me han dicho una frase que se lleva mucho: "Cada uno anda a su bola".
Otros más solemnes me comentaron "El hombre es un lobo para el hombre".
Y digo yo, desde mi posición de aprendiz extraterrestre...

¿Por qué no nos levantamos mañana y somos amables con toda la gente que nos encontremos?
Me da en mi nariz intergaláctica que será contagioso.
Y creo que el virus alegría y amor es de una cepa recomendable.
Nosostros los distenianos no podemos, somos muy analíticos.
Pero ustedes los terrícolas...
SÍ QUE PUEDEN.
(Lo llevan en los genes).
INTÉNTENLO, PORFA.

4 comentarios:

  1. yo ya estoy con dicha enfermedad, me encanta estar enfermaa..!!!!

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  2. Maravilloso blog.
    Enhorabuena!!!
    Esta familia de Gijón seguirá vuestros consejos.
    Un beso

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  3. Ya tenía ganas de leerte en un blog en condiciones. (aunque quizás no sea yo la persona más indicada para hablar sobre este asunto). Un abrazo para ti y besos a tus "muyeres".

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  4. Gracias por ser los primeros en comentar, a este estraterrestre le hace mucha ilusión.
    Ilusión de que "El hada de Monfragüe" se contagie de esta locura intergaláctica.
    Ilusión de que "Los duendes gijoneses del teatro para niños" se sumen a la lectura.
    Ilusión de que "El Elfo travieso con cara de póker y corazón de oro", me dé animos.
    Os quiero a todos, y J.J. también.

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